
Las aguas blandas llevan una baja concentración de minerales, como calcio y magnesio, lo que beneficia el consumo
Cómo y por qué elegir un buen filtro para el agua del grifo
Hay provincias o ciudades de nuestra geografía en las que nadie se plantea dejar de beber de agua del grifo ya que, entre otras cosas, tiene buen gusto. Más allá de la procedencia, la población lo consume por su buen gusto.
Pero, desgraciadamente, también hay hogares españoles en los que no se prueba el agua que sale del grifo de la cocina. Y sin casi excepción alguna. El mal gusto, la cantidad implícita de cal u otras razones obligan a comprar agua mineral.
Pero, según la OCU, los datos oficiales hacen que el agua de un lugar esté mejor calificada que la de otras ciudades. Y la pregunta es, ¿sabemos dónde se puede beber la mejor agua del grifo de toda la península?
De blandas a duras
En las ciudades con mejor calidad a la hora de analizar el agua que sale del grifo suele haber aguas blandas, con baja concentración de minerales como calcio y magnesio. Estas aguas son más agradables al paladar y menos propensas a causar acumulación de cal en electrodomésticos y tuberías. ¿Y dónde sale ese agua exactamente? En Burgos, San Sebastián y Las Palmas, además de A Coruña, Pontevedra, León, Valladolid, Alicante o Tenerife.
El agua en estos lugares es más eficaz para lavar y menos propensa a dañar los electrodomésticos, porque ofrece una baja concentración de minerales, lo que reduce la cantidad de cal en las tuberías.
Otras ciudades tienen agua poco dura, lo que significa que la concentración de minerales es moderada. O sea, ni buena ni mala, del todo. Entre las metrópolis que poseen esta calidad del agua se encuentran Asturias, Navarra, La Rioja, Girona, Barcelona, Ciudad Real, Sevilla, Cádiz o Granada.
Por último, el agua dura que sale de los grifos de Tarragona, Mallorca, Murcia, Albacete, Jaén, Zaragoza, Teruel, Valencia o Almería puede afectar al sabor y causar una acumulación significativa de cal en electrodomésticos y tuberías.
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