Los hábitos saludables que se inculcan desde una edad temprana forman una base importante para apoyar el crecimiento y desarrollo óptimo del niño. Seguir un estilo de vida saludable no solo afecta la salud física, sino que también juega un papel fundamental en el desarrollo mental y emocional de los niños en el futuro.
Por otro lado, los padres tienen un papel fundamental en crear un entorno que apoye un estilo de vida saludable para sus hijos, lo cual les permitirá disfrutar de una vida sana. Por eso, es importante comenzar a enseñar a tu hijo algunos de estos hábitos desde pequeño para que se acostumbre a realizarlos, se preocupe más por sí mismo y tenga conciencia de cuidar su salud. Según el sitio web "webmd", aquí están algunos hábitos saludables que deben inculcarse en los niños desde pequeños:
Lavado de manos
Lavar las manos con jabón y agua puede prevenir que los niños se enfermen. Muchas veces los niños se tocan los ojos, la nariz y la boca sin darse cuenta, facilitando la entrada de gérmenes al cuerpo. Además, los gérmenes en las manos pueden transmitirse a la comida o bebida al preparar alimentos para los niños. Por eso, enseña a tus hijos a lavarse las manos después de ir al baño, jugar afuera, limpiarse la nariz y antes de comer. También es importante enseñarles la técnica correcta de lavado para obtener todos los beneficios.
Dormir lo suficiente
Dormir la cantidad adecuada es importante para el crecimiento del niño. Los niños entre 3 y 6 años necesitan entre 10 y 13 horas de sueño diarias para crecer bien. La falta de sueño puede afectar el estado de ánimo, la resistencia y la concentración en la escuela. Por ello, es fundamental establecer una rutina fija para acostarse y levantarse a la misma hora todos los días y evitar el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir.
Controlar el estrés
La salud mental es importante y los niños también pueden sufrir estrés por las presiones escolares, cambios ambientales o familiares. Por eso, es vital que los padres enseñen a los niños a controlar el estrés adecuadamente. Algunas formas sencillas incluyen enseñarles a respirar profundamente, hablar sobre sus emociones o canalizar sus sentimientos a través de actividades creativas como dibujar o escribir.
Cubrir la nariz y boca al toser o estornudar
Enseña a los niños a usar pañuelos para cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar para evitar que los gérmenes se esparzan y contagien a otros. Si no tienen pañuelo, deben toser o estornudar en el codo. Si tu hijo tiene tos o gripe, es mejor tener siempre pañuelos a mano para que los use.
Beber suficiente agua
Tomar suficiente agua ayuda a mantener el cuerpo del niño hidratado y funcionando correctamente. Sin embargo, muchos niños prefieren bebidas azucaradas, lo que puede aumentar el riesgo de obesidad y diabetes tipo 2 en el futuro. Los niños entre 4 y 8 años deben beber aproximadamente 1.2 litros de agua al día, mientras que los niños entre 9 y 13 años necesitan alrededor de 1.6 litros. Los padres deben asegurarse de que los niños lleven botellas de agua a la escuela para mantenerse hidratados durante el día.
Practicar ejercicio regularmente
Es fundamental enseñar a los niños a cuidar su cuerpo desde pequeños, y una forma de hacerlo es mediante la práctica regular de ejercicio. La actividad física frecuente puede prevenir la obesidad y otras enfermedades como hipertensión, colesterol alto y diabetes. No se debe imponer una actividad, sino preguntar qué deporte les gusta. Por ejemplo, si disfrutan del agua, la natación puede ser ideal. Cuando los niños disfrutan el ejercicio, estarán felices de hacerlo regularmente.
Comer frutas y verduras
Muchos padres se quejan de que sus hijos rechazan las frutas y verduras entre los 2 y 6 años, aunque estos alimentos son ricos en vitaminas, minerales y fibra necesarios para el cuerpo. Además, los nutrientes que aportan ayudan al crecimiento óptimo, aumentan la resistencia y facilitan el tránsito intestinal. Si tu hijo rechaza las frutas o verduras, intenta variar las opciones y presentarlas de forma atractiva. También puedes dejar que elija sus frutas y verduras favoritas.
Aunque parezcan cosas pequeñas, practicar estos hábitos saludables desde la infancia hará que los niños se acostumbren a ellos hasta la adolescencia.
En conclusión, enseñar a los niños sobre un estilo de vida saludable desde pequeños es esencial para que crezcan sanos, independientes y con una base sólida para vivir una vida más saludable en el futuro.
Los padres tienen un gran papel como ejemplo y guía para que sus hijos adopten estos hábitos en su día a día. Si se hace de manera constante y divertida, los niños encontrarán más fácil aceptar y mantener un estilo de vida saludable como parte de su rutina.

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